Desde tiempos inmemoriales, el dragón ha sido una figura mítica que ha representado el poder espiritual y la fuerza de la naturaleza. Con su fuerza y sabiduría, el dragón ha sido un símbolo de protección, curación y crecimiento para aquellos que buscan inspiración y conocimiento. A través de la mitología, los cuentos y la magia, el dragón nos ha inspirado a explorar nuestro propio potencial espiritual.