Las plantas han sido hechas por la Divinidad para ayudarnos en este tránsito por el mundo. Entre sus grandes bondades, guardan un espíritu que generosamente nos ayuda a nivel físico, mental, emocional y espiritual. Al ritualizar los aceites que se obtienen de estas plantas, despiertan sus cualidades mágicas y nos resultan excelentes para sellar energías etéricas, amplificando la intención y fijando en el plano físico nuestra voluntad. Representan el poder de la Divinidad descendiendo sobre ti, con sus bendiciones.