La libélula es un símbolo poderoso en diversas culturas a lo largo de la historia, representando la transformación, el cambio y la adaptabilidad. Con sus delicadas alas y su capacidad para desplazarse con agilidad tanto en tierra como en el aire, la libélula es vista como un recordatorio de la importancia de la flexibilidad y la fluidez en nuestro camino espiritual. Además, su presencia en diferentes etapas de desarrollo, desde la fase acuática hasta la madurez alada, evoca la noción de crecimiento personal y la superación de desafíos. La libélula es considerada un símbolo de luz y claridad, invitándonos a buscar la iluminación interna y a conectarnos con nuestra esencia espiritual.


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